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2 mayo 2010 7 02 /05 /mayo /2010 03:14

Luego de ciertos pormenores que no relataré aquí, me referiré a la formación del universo en base a los despojos del gigante Ymir , asesinado por Odín, Vili y Ve, hijos de Bor y de una giganta (a su vez, Bor era hijo de Buri, el primer hombre).  He aquí unos versos que relatan el notable acontecimiento (extraidos del Grímnismál, poema de preguntas y respuestas).

 

De la carne de Ymir se hizo el mundo,

y de su sangre, el mar.

De sus huesos, peñascos; de sus cabellos, árboles,

y de su cráneo, la bóveda celeste.

 

Y de sus cejas, los dioses geniales

hicieron Midgard para la humanidad.

Y de su cerebro se crearon

todas esas crueles nubes de tormenta.

 

Según Snorri Sturluson, el famoso poeta, los gigantes vivían en las profunidades del océano, en el borde exterior del mundo circular. Los hombres residían más cerca del centro, en la tierra denominada Midgard. Los elfos eran de dos tipos: unos morenos, se esconden en la tierra y otros, brillantes, viven en Alfheim. Bajo el gran fresno Yggdrasil, cuyas ramas se extienden por todo el orbe, tiene lugar las asambleas diarias de los dioses. Debajo de una de las raíces del árbol, está ubicada la fuente de Mimir, que oculta toda la sabiduría y buen juicio. Bajo las raíces del árbol, hay un segundo manantial, de nombre "La Fuente del Destino". Hay junto a la fuente una gran sala en la que viven tres semidiosas (Urd: "Destinada"; Verdandi: "Acontecimiento"; Skuld: "Lo que tiene que suceder"). También, los mitos refieren que los nombrados hijos de Ymir, caminaban por la orilla y encontraron dos leños a los que dieron forma humana; y también vestimenta; al hombre lo llamaron Ask ("roble") y a la mujer   ("olmo" o "vid"). De allí desciende toda la especie humana.

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29 abril 2010 4 29 /04 /abril /2010 20:58

Los astros fijos son arrastrados en el movimiento circular del cielo; los errantes tienen movimientos propios. El sol se mueve oblicuamente en el círculo del Zodíaco; la luna se mueve igualmente siguiendo una espiral. El sol está formado por el fuego más puro, como dice Posidonio en el libro séptimo de los Fenómenos celestes. Es mayor que la tierra, según el mismo autor en el libro sexto de su Tratado de Física, y tiene forma esférica como el mundo. Es fuego, porque tiene todas las propiedades de este elemento; es mayor que la tierra porque alumbra no sólo a la tierra sino a todo el cielo. Esto se deduce también de que la sombra proyectada detrás de la tierra tiene forma cónica, y porque el sol se percibe desde todos los puntos a causa de su magnitud. La luna tiene algo más de terrestre, ya que está más cerca de nuestro globo. Por lo demás, estos cuerpos ígneos y los otros astros tenen alimento propio: el sol, llama intelectual, se alimenta de el Océano; la luna, mezcla de aire  y próxima a la tierra, se alimenta de agua dulce, como dice Posidonio en el libro sexto del Tratado de Física; la tierra abastece de alimento a los otros astros. Admiten también la esfericidad de los astros, así como la esfericidad e inmovilidad de la tierra; la luna no tiene luz propia, sino que la recibe del sol.

El mundo entero y el cielo son sustancia de Dios, según el sentir de Zenón, de Crisipo en el libro onceno de los Dioses, y de Posidonio en el primero del tatado de igual título. Sostiene Antípatro, en el libro séptimo del mundo que su substancia es etérea; en cambio, afirma Boeto, en la Física que la substancia de Dios es la esfera de las estrellas fijas.

Los cometas, meteoros llamados estrellas barbudas y antorchas, son fuegos producidos por el aire espeso cuando se eleva a la región del éter. Las estrellas fugaces son substancias ígneas, inflamadas repentinamente, cuya rapidez de movimiento les da el aspecto de regueros luminosos. La lluvia es producida por la transformación de las nubes en agua, cuando la humedad que se evapora de la tierra y de la mar, bajo la influencia del sol, no puede encontrar sitio. La lluvia congelada forma el granizo. El pedrisco proviene de una nube sólida destrozada por el viento. La nieve es la humedad que escapa de una nube condensada por el frío. Dice Zenón, en el tratado del Universo, que el relámpago es resultado del encontronazo de nubes, cuando chocan entre sí, o son desgarradas por el viento; según otros autores, es un remolino de aire inflamado, violentamente arrojado sobre la tierra. El tifón es un huracán violento que produce remolino, o un soplo abrasado que escapa del desgarramiento de las nubes. La tromba es una nube, zurrada en remolino por el fuego y los vientos.

La naturaleza es un fuego ingenioso ordenado a la producción, es decir un hálito ígneo que procede con arte. El alma es una substancia sensible, inspiración inherente a  nuestra naturaleza; por lo tanto, el alma es un cuerpo y persiste después de la muerte. Sin embargo es perecedera; en cambio, el alma universal, de la cual son partículas las de los animales, es imperecedera. El alma es un soplo ardiente, a la que debemos la respiración y el movimiento, según dicen Zenón de Citio y Antípatro, en sus tratados del Alma, así como también Posidonio. Cleantes sotiene que todas las almas persistirán hasta el incendio del mundo, en contra de la opinión de Crisipo, que sólo concede este privilegio a las almas de los sabios... La audición tiene lugar cuando, a causa de un choque, se produce en el aire, colocado entre el que habla y el que escucha, un movimiento análogo a las ondas circulares que se ven extenderse en una cisterna, cuando se arroja en ella una piedra y que, al propagarse la agitación, llega al oído...Las pasiones son producidas por los movimientos del hálito constitutivo del alma.

 

Estos fragmentos han sido extraído del libro "Vidas, opiniones y apotegmas de los filósofos célebres" de Diógenes de Laertes.

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23 abril 2010 5 23 /04 /abril /2010 19:20

Con reminiscencias hegelianas, en cuanto a que el trabajo fue vertebrado presentando en primer lugar una tesis, luego su antítesis y, por último, una tentativa de síntesis -o, mejor conclusión que, en algún caso, puede ser más claramente inclinando la balanza hacia el criterio favorable o su antagónico- afronto el examen  de distintos aspectos de la vida de Rosas -a nivel humano, y en un plano más estrictamente gubernativo-. Presentaré las cuestiones en forma sucesiva, sin intermitencias.

De entrada, evito los títulos prejuiciosos como "Rosas, un personaje indefendible" (González Arrilli) o algo de la índole de "El Ilustrísimo Restaurador de las Leyes e Insigne Héroe del Desierto". Prefiero un título neutral, prescindente de las calificaciones previas. Lo hago despojado en lo posible de veredictos preliminares teniendo como norte la objetividad histórica, conciente de las limitaciones humanas para que cristalice este ideal. Se trata, obvio es decirlo entonces, de una aspiración, aunque seria.

Una palabra más sobre el método que empleo: las tesis y sus respectivas antítesis, se formarán transcribiendo literalmente argumentos de párrafos ya editados, en algunos casos brillantes -al menos desde el punto de vista literario-, de historiadores conocidos. Del juego de estas opiniones disonantes, intentaré extraer alguna conclusión más personal, dando preeminencia a los testimonios documentales, dentro de un contexto de razonamiento crítico. Se advertirá a lo largo de la lectura del artículo un estilo moderado, sin el halo vibrante que exhiben muchos libros y artículos sobre Rosas, que son muy amenos y apasionantes para leer pero que, lamentablemente, muchas veces adoptan una actitud categórica que no ayuda a la objetividad histórica ya que sus tintes retóricos y sus oropeles literarios los acercan, precisamente, a eso: a la literatura.

 

tesis: Rosas era un cobarde

 

Fue un cobarde. (Mandó a sus "generales" a las luchas. De Caseros huyó tres horas antes de terminada la batalla...Se refugió en la Legación Británica, y en la noche, custodiado por soldados extranjeros, se embarcó para Inglaterra. ¡Ah, criollo! Lo llamaban "Vejiga", porque cada vez que había que salir a campaña, como no fuera para acaparar tierra como cuando su conquista del desierto) alegaba que sufría mucho del mal de orina" (Gonzalez Arrilli, Bernardo "Rosas un personaje indefendible" en "Con Rosas o contra Rosas", varios escritores, pág. 97, Ediciones Federales, Buenos Aires, Argentina, 1989).

 

antítesis: Rosas era valiente.

 

  "Después de la rendición de los ingleses Liniers quiso significar a los padres del joven Rozas su agracimiento pro el servicio que éste acababa de prestar, enviándoselo con una honrosa carta, en la que les manifestaba que se había conducido con una "bravura digna de la causa que defendía". En seguida, Juan Manuel se alista en el cuerpo de Migueletes de caballería, formada con otros para defender la patria de la nueva invasión que se anunciaba, y así asiste a las jornadas memorables del 5 y 6 de julio de 1807, que terminaron con la capitulación de Whitelocke. Así gana su grado de alférez, y Martín de Alzaga y don Pedro Miguens lo refrendan en la carta enviada a su padre, don León Ortiz de Rozas, acreditando su buen comportamiento en la campaña" (Antonio Saldías, "Es necesario revisar la historia argentina", en "Con Rosas...cit., pág. 109).

 

síntesis: De la compulsa de estas opiniones contradictorias, podemos extraer alguna conclusión, sin embargo:

 

Consta que, en algunos momentos bien precisables -y ésto está históricamente documentado- Rosas, por así decirlo, "ejerció" la valentía. Las conjeturas opuestas, a saber, las que atribuyen cobardía a Rosas, se fundan en suposiciones. Más que en actos positivos de cobardía, se cimentan en abstenciones en el frente de batalla en diversas ocasiones. Analizando los datos precedentes con base en el sentido común, observamos que está acreditado que Rosas tuvo actitudes de valentía y actitudes omisivas -que algunos juzgan cobardes-, en ciertos casos. Entonces: Una hipótesis posible, es que un hombre que probó ser valiente, en algún momento, por razones desconocidas, cambió radicalmente y se transformó en  un cobarde. Esta hipótesis no parece la más razonable, porque asumir semejante cambio de temperamento no parece ser tan simple y, en todo caso, habría que demostrarlo. Pareciera más lógico suponer (en mi criterio) que, consciente de la enorme responsabilidad que tenía sobre sus hombros, haya pensado que debía preservar su vida y no exponerla innecesariamente. Incluso, eso se compadece muy bien con la psicología de alguien que -con razón o no- se cree instrumento de la Providencia o del Destino, con una misión histórica colectiva determinada y que, por tanto, no debería ponerse al frente de sus milicianos en todo momento poniendo en riesgo, en definitiva, no sólo su propia existencia, sino todo lo que ella entraña, por así decirlo, "cósmicamente" : en tanto figura con un destino histórico trascendente; más allá de que ésto sea cierto o no: es una cuestión psicológica, y pareciera que muchos dictadores tienen una opinión sobre sí mismos más o menos como la bosquejada, rasgo psíquico que algunos llaman "mesianismo". Parece lo más lógico que, quien cree llevar sobre sus hombros una misión histórica relevante y trascendente -de hecho la responsabilidad de Rosas, se discrepe o coincida con él indudablemente lo era- intentara poner a resguardo su vida antes que exponerla inncesariamente siendo así, como alguna vez se atribuyó el mote a otro personaje histórico, una suerte de "espada sin cabeza". Luego, Rosas no habría sido un cobarde, sino un hombre empapado de su deber que intentaba no exponer su vida en cada oportunidad que se le presentase, dadas sus altas responsabilidades de gobierno. Una palabra con respecto a la alegación de "mal de vejiga" que menciona González Arrilli como excusa esgrimida por Rosas para no presentarse en el frente de batalla. En el Nro. 308 de "Todo es Historia", se menciona que el Gobernador fue intervenido con una operación en la vejiga porque tenía cálculo (León Tenembaum, "Los dientes de Rosas"), lo cual le confiere cierta verosimilitud al argumento enunciado por Rosas. Quedaría por establecer, si la afección de cálculos es anterior o posterior a las oportunidades en que Rosas pudo estar capitaneando sus tropas, todo ello en relación también con la fecha de la operación mentada y si existe documentación fidedigna con respecto al resultado de la intervención quirúrgica. Aún en caso de imponerse una conclusión desfavorable a Rosas, ello no invalida su valentía, en el sentido de que tal vez no se expusiera en las batallas por las razones políticas enunciadas más arriba y refrendado por los elogios recibidos oportunamente por su "bravura". Por otra parte, quien dirigió la expedición al desierto alejando en alguna medida el peligro indio -que era tan concreto entonces- no parece tener la catadura de un cobarde.

 

tesis: Rosas fue honrado (ver las consideraciones de abajo).

 

antítesis: Rosas no fue honrado: Por lo que respecta a la impecable honradez de Rosas, cabe reconocer que sus más enconados adversarios la han aceptado...Más si no abusó en propecho propio de la renta pública, desmadrada hasta la angustia, echó mano de la tierra pública para premiar a sus secuaces. Se me dirá que la tierra nada valía a la sazón...Con todo, es indefendible una política de inaudito privilegio, carente de todo alcance y significación social. Lejos de procurarse el estímulo al trabajo, a la colonización orgánica, al asentamiento de la población en tierras laborables, el propósito se orientaba hacia la creación de intereses para asegurar el afianzamiento y la defensa del régimen (La sombra del Restaurardor, Antonio Orgaz, en "Con Rosas o contra Rosas", cit., págs. 117/118).

 

síntesis: De acuerdo a las lecturas precedentes, en principio parece éste uno de los puntos menos polémicos para la figura del Restaurador. En efecto, incluso sus opositores, en su enorme mayoría, le atribuyen un manejo de las finanzas bastante escrupuloso, y no hay mayores sombras en cuanto a este aspecto de la cosa pública bajo la "férula" de Rosas. Por consiguiente, crreo que puede sin temor a errar, establecerse que fue un gobernante básicamente honrado, característica que, lamentablemente, mucho se ha visto no abunda en los funcionarios públicos del país.

 

 

tesis: Rosas escribía mal.

 

"En su libro "Rozas en el destierro" (Buenos Aires, 1936) dice en la página 70, textualmente: "Hemos visto cómo escribe cuando redacta por sí solo (Dellepiane se refiere al testamento de Rosas, obra de la ancianidad), y sin valerse de los secretarios que siempre utilizó desde los primeros pasos en la vida pública. En igual forma vulgar y oficinesca se expidió invariablemente en todos los escritos que produjo.  Debemos, así, rechazar como suyos todos aquellos que no obstante llevar su firma, se distinguen por la corrección del texto, la elevación de las ideas o la belleza, aún ínfima, del estilo. Con perfecta seguridad podemos afirmar que ninguno de los documentos notables por él suscritos como hombre público,  ya se trate de proclamas, mensajes, discursos o cartas políticas, le pertenecen" (Gálvez, Manuel, "La proclama de Napostá, en "Con Rosas o contra Rosas")

 

antítesis: Rosas escribía bien

 

Al respecto, resulta esclarecedor lo siguiente: ¡Soldados de la Patria! Hace doce meses perdísteis de vista vuestros hogares para internaros por las yermas y vastas pampas del Sur. Habéis operado activamente, sin cesar, todo el invierno, y terminados los trabajos de la campaña de un año como os lo anuncié al tiempo de nuestra marcha. Vuestras lanzas han despoblado de fieras el desierto, han castigado los crímenes y vengado los agravios de dos siglos. Las bellas regiones que se extienden hasta la cordillera de los Andes y las costas que se desenvuelven hasta el afamado Magallanes quedan abiertas para nuestros hijos. Habéis excedido las esperanzas de la Patria, pero, entre tanto, ella ha estado en desgracia por la furia sañosa de la anarquía. ¡Cuál sería hoy vuestro dolor si cuando divisáis ya en el horizonte los árboles que marcan el asilo doméstico, alcanzáseis a ver las funestas humaredas de la guerra fratricida!...Compañeros: Juro aquí, delante del Eterno, que grabaremos siempre en nuestros pechos la lección que se ha dignado darnos, tantas veces, de que sólo la sumisión perfecta a las leyes y la subordinación respetuosa a las autoridades que por él nos gobiernan, pueden asegurarnos la paz, libertad y justicia a nuestra tierra. Compatriotas: os gloriáis con el título de Restauradores de las Leyes, aceptad el honoroso empeño de ser sus firmes columnas y honrosos defensores. ¡Adiós: Vuestro General , que ha tenido siempre sobrado valor para llenar en esta parte sus deberes, no lo tiene para despedirse de vosotros!". Lo que se acaba de reproducir es la Proclama de Napostá, de marzo de 1834. Confiesa Manuel Gálvez, que encontró este documento, de puño y letra de Rosas y que, ello lo recompensó "de tantísimas horas estériles" transcurridas como hugador de bibliotecas y archivos con resultados poco felices (Gálvez, Manuel, "La Proclama de Napostá", en Con Rosas o contra Rosas...cit., pag. 125).

 

 

 

síntesis: Ante todo, me parece que éste es uno de los puntos menos importantes para juzgar a un personaje histórico con funciones de gobernante. Lo menciono, simplemente, como un rasgo más, que contribuye a la visión integral de una persona, y porque ha sido tratado por otros historiadores. Como alguien escribió, ésto sería semejante a querer formarse un juicio de Federico de Prusia por sus versos franceses. En el fondo la tesis implícita, en muchos casos, es la de querer afirmar que era una especie de "gaucho bruto", como se ha escrito. La impresión que tengo es que quizá fuera desparejo escribiendo, pero que era capaz  de escribir páginas inspiradas, con valor literario, quizá sobre todo en momentos como el relativo a la Proclama de Napostá, que exhibe acentos épicos, y que -quizá- no fuera tan bueno su estilo  en el marco de otras funciones más estrictamente "administrativas".

 

 

CONCLUSION

Ante todo me parece necesario aclarar que este artículo no debe leerse como una apología "a se" del totalitarismo. No argüí aquí en forma descontextualizada. Dicho ésto, creo que un estudio descarnado, lo mas ecuánime posible, despejada la maraña de contradicciones que se  reflejan sobre la figura del Restaurador, asepsia lograda con fundamento en documentos históricos reveladores y no en meras suposiciones, nos devuelven una imagen más objetiva de lo que ensalzadores y detractores de Rosas nos dieron, muchas veces cebados por sus adhesiones o fanatismos ideológicos. Surge así la imagen de un gobernante que vivió en tiempos violentos -él mismo ejerció la violencia- caracterizado por las crueldades que desplegaban los dos bandos en pugna -que parecía rivalizaban en la materia-  desangrando un país sumido en la anarquía, que quiso poner término a esos males e instituir un orden determinado (muy personalista, como el patrón de una gigantesca estancia), que acaso se extendió en demasía demorando en tal caso instituciones para el país y aspiraciones de progreso legítimas que, a la larga, debían sobrevenir, con los argumentos de fuerza que se venían arrastrando de tiempo ha; que fue honrardo, según lo reconoce la gran mayoría de los propios adversarios; que seguramente fue valiente de acuerdo a las condecoraciones recibidas, precisamente, por su arrojo en combate y las cartas emitidas por las autoridades militares de entonces que así lo atestiguan; que defendió con firmeza la soberanía nacional oponiéndose a exigencias provenientes de potencias mundiales como Francia e Inglaterra (algo así como oponerse a Estados Unidos hoy en día, salvas las diferencias de poder de fuego que hoy existen); no en balde, el Libertador le cedió su sable como legado con palabras elogiosas. Ojalá, dentro de esta senda, surjan nuevos documentos esclarecedores sobre este duro pasado que le tocó vivir a la nación que ayuden a consolidar o, en su caso, revisar las conclusiones de este examen.

 

                                                                                                                                                       Juan Bautista Pfeiffer

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11 abril 2010 7 11 /04 /abril /2010 05:02

Cabría preguntarse si, amén de un doxógrafo, no era en realidad Diógenes Laertiou un humorista, e incluso algo -bastante- charlatán. Muchos elementos parecen confirmarlo. Donde se "enraciman" anécdotas jocosas dentro de la tupida galería de esa índole es en la biografía de Diógenes (el cínico). Pero además, se ha puesto el énfasis en el hecho de que sus apreciaciones doctrinarias o las referencias a doctrinas filosóficas de algunas escuelas y autores individuales -y en algunos casos los más grandes-, son apenas superficiales. Tal es el caso de Platón. Es paupérrima su intervención en la materia, aparte del minucioso relato del sistema de señales (o código) que se encuentra en los márgenes de los escritos del filósofo tales como: "un doble trazo designa las opiniones y doctrinas propias; la X entre dos puntos indica señal de locuciones elegantes...la flecha vertical indica conexión de ideas filosóficas; el asterisco, conformidad de doctrinas...y así sucesivamente.

Volviendo a Diógenes el cínico, uno está tentado a pensar que el doxógrafo echó mano a todos sus recursos humorísticos, y las anécdotas referidas -y los comentarios suscriptos por él en referencia a las alusiones doctrinarias del filósofo de Sínope- son tan inverosímiles como graciosas. Acto seguido, me dedicaré a transcribir algunos párrafos:

 

"Como se le preguntase un día en qué lugar de Grecia había visto hombres valientes, respondió: No he visto hombres en ninguna  parte; sólo he visto niños en Lacedemonia.

Se admiraba de que los gramáticos buscasen curiosamente las desgracias de Ulises e ignorasen los propios males. Decía también que los músicos templan con cuidado su lira, pero no ponen ningún empeño en armonizar las inclinaciones de su alma; que los matemáticos observan el sol y la luna, pero no se preocupan por lo que hay a sus pies; que los oradores se esmeran en el bien decir pero no en el bien obrar...Se indignaba de que en los sacrificios ofrecidos a los dioses para pedir la salud, se comía como para perderla...Alababa a los que estaban a punto de casarse y se volvían atrás. Le asombraba que antes de comprar una olla o un plato, se probasen por el sonido, mientras que para comprar un hombre se contentasen con la simple vista.

Conducido a una casa espléndida, el dueño le prohibió escupir, pero él le escupió en el rostro, diciendo que no había encontrado lugar más sucio.

Dice Hecatón, que se puso un día a gritar: "Hombres, acudid" y como se hubiesen acercado muchos, enarboló el báculo diciendo: "Yo he llamado hombres, no inmundicias".

Un día encontró a Demóstenes el orador comiendo en una taberna y viendo que se retiraba para ocultarse, le dijo: "Cuanto más adentro te metas, más estarás en la taberna".

Como un sofista sacase por conclusión de un silogismo que él tenía cuernos, se tocó la frente y dijo: "Ya no los siento".

Como le preguntase Lisias el boticario si él creía en los dioses respondió: "¿Cómo no he de creer si tú eres su enemigo?

Viendo un día a los magistrados, llamados "hieromnémones" que llevaban preso a un hombre que había robado un frasco, dijo: "Los grandes ladrones conducen al pequeño".

Unos jóvenes lo habían rodeado y le decían: "Tendremos buen cuidado de que no nos muerdas". "No temáis hijos míos, replicó, el perro no come remolachas.

Como en cierta ocasión un joven elegantemente vestido le hiciese una consulta, le dijo: "No te responderé hasta que abras tu manto para que me enseñes si eres hombre o mujer".

Como en una ocasión, unos comensales le hubiesen arrojado un hueso, como si fuese un perro, se levantó de su asiento y se orinó sobre ellos, como hacen los perros.

Una turba de gentes se había congregado un día alrededor de un joven que se exhibía. Diógenes se colocó delante de él y comenzó a comer ávidamente altramuces, que llevaba en la faltriquera de su manto; como todo el mundo se volviese hacia él, les dijo: "Admiro que volváis las espaldas a este joven para mirarme a mí".

A lapregunta qué quería a cambio de una bofetada, contestó: "Un casco".

Un día se acercó al retórico Anaxímenes, que era muy grueso, para decirle: "Danos a los pobres un poco de tu vientre; así estarás más ágil y a nosotros nos prestarás un gran servicio".

 

En fin, ésta es sólo una muestra de las aristas cómicas de Diógenes Laertiou, que ha dejado este testimonio sobre la vida y argumentaciones vertidas por el filósofo cínico. En cuanto a las alusiones a su carácter "canino", ésto tiene que ver aparentemente con dos fuentes. Una, el lugar donde impartía enseñanzas su maestro Antístenes "Cinosargo", es decir  Kyon argos, que se traduce como perro ágil o perro blanco. La otra, muy apropiada al carácter de Diógenes, tiene que ver con su comportamiento que implica desvergüenza, intolerancia a los falsos modos -con una denuncia implícita a la hipocresía de lo "artificioso"-, su profesión de fe hacia la libertad. 

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8 abril 2010 4 08 /04 /abril /2010 22:06

Dentro de las devociones religiosas, me parece una de las más admirables la de la DIVINA MISERICORDIA DE JESUS, propalada por una monja, Sor Faustina, canonizada en épocas recientes. Según escribió en su diario tuvo apariciones de Jesús e indicaciones sobre las características de esta devoción milagrosa. De acuerdo a lo escrito, Jesús ofrece a quienes sigan esta devoción un amparo en la vida y especialmente en la hora de la muerte, más allá de los pecados. En particular, una de las manifestaciones de esta devoción otorga un carácter especial a los pedidos y a la concesión de gracias a las tres de la tarde, que es una hora sagrada, cuando los pedidos son formulados en virtud de los valores y méritos de la pasión de Cristo. También se resalta el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia y la Fiesta de la Divina Misericordia en primer domingo después de Pascua. Hay páginas en Internet que revelan más detalles sobre esta devoción.

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14 marzo 2010 7 14 /03 /marzo /2010 23:40

En tiempos recientes, se hicieron públicas unas notas escritas por  Donald Swamson, de Scotland Yard, en los márgenes de un libro que le regaló su superior, Robert Anderson, en la que afirmaba que las sospechas de la policía respecto de la identidad de Jack el Destripador se centraban en un individuo llamado Aaron Kosminski. Cabe resaltar que en las notas de Sir Melville Macnagthen, jefe de Scotland Yard, se mencionan tres individuos como principales sospechosos de los homicidios, figurando entre ellos Kosminski pero sin ninguna prelación.

De todos modos, debe recordarse que nunca se conoció a ciencia cierta quién fue el asesino -ni siquiera existe un acuerdo pleno de cuántos crímenes deben atribuírsele-. No debe olvidarse que las hipótesis tejidas con respecto a la identidad del criminal fueron -y son- numerosas, pudiendo afirmarse que van de lo verosímil hasta las que reflejan una imaginación florida. Desgranando algunas de ellas pueden agregarse a las ya mencionadas, las de Thomas Neill Cream, George Chapman, Jill la Destripadora, el ex marido de Marie Jane Kelly -la última y más espantosa víctima-, un cirujano real -Sir William Gull-, un complot masónico, un carnicero y, más específicamente, un shochet -matarife judío-, un médico que enloqueció porque su hijo fue contagiado de sífilis por alguna prostituta (el Doctor Stanley)...
Pareciera que lo más razonable es cotejar los testimonios de la época con las hipótesis que pueden surgir de la psiquiatría moderna. Comenzando por éste aspecto, se ha señalado (Robin Odell y Colin Wilson, Jack el Destripador, recapitulación y veredicto, Planeta, 1989), que el asesino sufriría lo que se conoce como "demencia mutiladora", es decir, una enfermedad que consiste en ejecutar multitud de mutilaciones sobre las víctimas. El término fue acuñado por el médico psiquiatra Melvin Reinhardt, que especifica que el carácter de éstos individuos es el de personas con una personalidad muy reprimida, retraídos, que emplean las mutilaciones -con un cuchillo, por ejemplo- como sustitutos del acto sexual, imposibilitados como están de obtener la posesión de una mujer por vías normales. Esto pareciera aplicarse sobre la figura de Jack el Destripador, dado que su sadismo -que pareció ir in crescendo- permitiría en principio descartar una hipótesis de tipo vindicativa, por ejemplo, un médico que bascaba vengar la muerte de su hijo.
Ahora bien, si se consideran los testimonios de la época, puede advertirse que, en forma unánime, en casi todos los casos en que hubo tales testigos, invariablemente, se habló de individuos -de sexo masculino- bien o hasta muy bien vestidos o "de aspecto distinguido". De todos modos, eso no significa necesariamente que las personas vistas (en todos los casos) hayan sido el asesino. Pero, indudablemente, es un elemento que no es fácil de apartar, y que debe considerarse seriamente por su recurrencia. En particular, son a mi juicio esenciales dos testimonios sobre uno de los asesinatos -el de Annie Chapman, porque en conjunto parecen no dejar duda en cuanto a que el individuo al que se refieren fue casi seguro Jack el Destripador. En efecto, por un lado, el testimonio brindado por la señora Elizabeth Long, quien afirmó que cuando iba rumbo a su trabajo en el mercado en Spitalfields, encontró a dos personas frente al 29 de la calle Hanbury (donde se encontró el cuerpo). Esto sucedió a las 5:30 de la madrugada, y la certeza la tuvo porque a esa hora vio el reloj del cervecero. La pareja conversaba, y a la sra. Long le pareció que la mujer era Annie Chapman, la víctima. En cuanto al hombre, lo describió como de "aspecto distinguido", pero desastrado, con un gorro de cazador de ciervos sobre la cabeza y un abrigo oscuro  (no lo reconoció) y le pareció que era extranjero. Tendría más de cuarenta años y era más alto que la mujer. Por su parte, el doctor Phillips pensaba que la mujer llevaba unas dos horas muerta cuando vio el cuerpo, a las 6:30 de la mañana. Entre las 5:20 y las 5:30 de ese sábado, el señor Cadosh,  estaba en el patio posterior del nro. 27 y oyó la voz de una mujer que decía "no", seguida unos minutos después por un golpe en la empalizada que separaba las dos direcciones. Todo hace suponer, que coincidiendo los horarios de los testigos con la escena, podría reconstruirse del siguiente modo: un poco después de ingresar al 29  Annie Chapman, alrededor de las 5:30 este hombre que hablaba con ella -definido como "de aspecto distinguido"- atacó a su víctima, golpeando el cuerpo de la mujer contra la empalizada. Este hombre era casi sin dudas Jack el Destripador. Por otro lado el Doctor Phillips que aludía a la muerte como sucedida unas dos horas antes (4:30) no tuvo inconvenientes en admitir que la gran pérdida de sangre y el frío imperante podrían haberlo inducido a equivocarse, y la escena reconstruida bien pudo haber tenido entonces lugar. Es cierto que todos estos testimonios han sido objetados en alguna medida -ya que Cadosh habría salido de su casa alrededor de las 5:30 sin ver a la mujer y su acompañante- pero hay que tener en cuenta que a veces las diferencias son de pocos minutos, y en algunos casos Cadosh hace alusiones relativamente vagas sobre los horarios de sus movimientos esa noche, hablando con aproximación. También se ha objetado el testimonio de Long en el sentido de que, por una parte, afirmó no haber prestado mucha atención a la pareja, pero no vaciló en reconocer el cadáver. De todos modos, ello no invalida la desincriminación que, creo, le corresponde a Kosminski.
Por otro lado, los antecedentes que se conocen acerca de Aaron Kosminski,  un judío de origen polaco que trabajó como barbero es que se trataba de un individuo aquejado de demencia que tenía caracteres muy singulares y hasta parece ser que recogía comida de la basura y bebía en los alcantarillados (Aaron Kosminski reconsidered, por Robert House, en Casebook: Jack The Ripper). Por otro lado, de su expediente de internación surge que no era un individuo violento, más allá de su intento de ataque a una de sus hermanas con un cuchillo (fue recluido en un asilo de imbéciles en 1891). Por otro lado, en cuanto a su fecha de nacimiento (situada alrededor de 1865), no parece concordar en nada con el testimonio de Elizabeth Long referido más arriba y que habla de un individuo de más de 40 años...(los asesinatos sucedieron en 1888).
El conjunto de elementos sobre Kosminski nos inducen a pensar -más bien- en un individuo quizá callejero, sin residencia fija, probablemente loco. Y en nada se compadecen con la imagen sistemáticamente evidenciada por los testimonios acerca de un personaje bien vestido o de aspecto distinguido (Kosminski era un hombre de clase baja). Y no debe olvidarse que además de que todos los testimonios se refieren a un individuo bien vestido o distinguido, parecería estar acreditado que los testimonios sobre la segunda víctima, Annie Chapman se refieren a Jack el Destripador casi sin ninguna duda, por las razones expresadas. Por otra parte, aunque Macnaghten habló de tendencias homicidas y de un fuerte odio hacia las mujeres, este hecho, por sí sólo, no lo convierte automáticamente en Jack el Destripador. Esto parece quedar refrendado cuando se observa que el testimonio de la Sra. Long se refiere a una persona de más de cuarenta años, y no parece probable confundir individuos de edades tan disímiles, teniendo en cuenta los veintitrés años que contaría aproximadamente Kosminski para la época de los homicidios, sumado a ello el hecho de que su pertenencia a la clase baja no parece encajar tampoco en el "aspecto distinguido" del mismo testimonio.
Todo esto, sugiere que un personaje marginal de las características de Kosminski, no parece avenirse con el resto de los testimonios concordantes que especifican a un individuo bien (o muy bien) vestido o de buen aspecto.
En definitiva, en opinión de quien ésto escribe, no parece haber elementos sólidos que incriminen a Kosminski, más allá de las sospechas que recayeron sobre él, sin olvidarse que, como surge de las notas de Melville Macnaghten "se sospechó de muchos maníacos homicidas en su momento  pero no se pudo encontrar una sola sombra de prueba en contra de ellos".       

                        

 

 

                                                                                                                                   Juan Bautista Pfeiffer

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12 marzo 2010 5 12 /03 /marzo /2010 06:29
La medicina de los gigantes.- Aun siendo salvajes, tienen éstos indios una especie de medicina. Cuando están enfermos del estómago, por ejemplo, en vez de purgarse, como nosotros, se introducen una flecha en la boca todo lo que pueden, para excitar el vómito, y arrojan una materia verde mezclada con sangre. El color verde proviene de una especie de cardos de que se alimentan. Si les duele la cabeza, se hacen una cortadura en la frente, y hacen lo mismo en cualquier parte del cuerpo en que sienten dolor, con el fin de que salga una gran cantidad de sangre del sitio donde sufren. Su teoría, explicada por uno de los que aprisionamos, explica su práctica: el dolor (dicen ellos) lo causa la sangre que no quiere permanecer en tal o cual parte del cuerpo; por consiguiente, haciéndola salir, el dolor debe cesar.
Las mujeres.- Las mujeres no son tan grandes como los hombres; pero, en compensación, son más gordas. Sus tetas, colgantes, tienen más de un pie de longitud. Van pintadas y vestidas del mismo modo que sus maridos, pero se tapan las partes con una piel delgada. Nos parecieron bastante feas; sin embargo, sus maridos mostraban estar muy celosos.

Esto es una continuación del relato de Pigafetta del Primer viaje alrededor del globo, del que transcribí unos fragmentos en la entrada anterior.
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12 marzo 2010 5 12 /03 /marzo /2010 05:37
Las siguientes notas están extraídas del libro "Primer viaje alrededor del globo" de Antonio Pigafetta. Fueron escritas mientras la armada de Magallanes recorría el litoral patagónico y sus integrantes deciden pasar el frío invierno en la bahía de San Julián (mayo de 1520). En esa oportunidad, los españoles toman contacto con los indígenas y empiezan a conocer sus costumbres.

Llevan los cabellos cortados en aureola como los frailes, pero más largos y recogidos por un cordón de algodón alrededor de la cabeza, y en el cual colocan sus flechas cuando van de caza. Si hace mucho frío, se atan estrechamente contra el cuerpo sus partes naturales...
...Parece que su religión se limita a adorar al diablo. Pretenden que cuando uno de ellos está muriéndose, aparecen diez o doce demonios cantando y bailando a su alrededor. Uno de los demonios, que alborota más que los otros, es el jefe o diablo mayor, y le llaman setebos; los pequeños se llaman Chelele. Lo pintan y representan como a los habitantes del país. Nuestro gigante pretendía haber visto una vez un demonio con cuernos y pelos tan largos que le cubrían los pies, y que arrojaba llamas por la boca y por detrás.
...Decía este padre don Juan que él, ni ninguno de los cristianos (que allí se hallaron), no llegaban con la cabezas a los miembros vergonzosos  (de esos gigantes), en el altor con una mano, cuando se abrazaron, y este padre no era pequeño hombre, sino de buena estatura de cuerpo (...). Los arcos eran cortos y recios y anchos, de madera muy fuerte, y las flechas como las que usan los turcos, y en cada una tres plumas, y los hierros de ellas eran de pedernal, a guisa de arpones o rallones bien labrados. Y son muy grandes punteros y tiran tan ciertos como nuestros ballesteros o mejor. Traen en las cabezas unos cordeles, en torno, sobre las orejas, y entre ellas y la cabeza ponen las flechas, a guisa de guirnalda, con las plumas bien arriba, y de allí las toman para tirar; y de esta manera salieron aquellas mujeres. Es gente bien proporcionada en la altura que es dicho: andan desnudos, que ninguna cosa traen cubierta sino las partes menos honestas de la generación, y allí traen delante unos pedazos de cuero de danta.
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11 marzo 2010 4 11 /03 /marzo /2010 03:57

La mitología nórdica (la de los antiguos escandinavos y también la de los antiguos germanos) es francamente colorida y tiene mitos muy interesantes. Uno de ellos es el concerniente al dios Bálder. Loki es el rábani o cerebro de su asesinato. Bálder es un dios muy bello y querido de los otros dioses, pero ha tenido sueños de mal agüero. Frigga, para prevenir desgracias, decide tomar juramento a todos los seres del universo, en el sentido de que no le harán ningún daño. A partir de este hecho, los dioses deciden arrojarle toda clase de objetos destructivos, porque saben que nada puede herirlo. Pero el malvado Loki, mediante un disfraz y un ardid, logra obtener de Frigga un secreto excepcional: que atañe a la fragilidad de Bálder. Ella le confiesa que un brote de muérdago, que crece al oeste del Valholl le parecía demasiado joven para tomarle el juramento. El asesino arrancó el brote y fue adonde los dioses se entretenían con su "blanco". Se aproximó a Hod, un dios ciego, y le preguntó el porqué de su actitud tan pasiva ante Bálder. El dios repuso: "en primer lugar no puedo verlo; en segundo, no tengo nada que disparar". Seductoramente, Loki tienta a Hod  para que le arroje "un astil" que él le proporcionaría, además de señalar el sitio ocupado por la impensable víctima...
 La consecuencia, es que el dios cayó muerto enseguida. Por estar en un lugar sagrado (en el Asgaard), que no podía profanarse, los consternados dioses, aún sabiendo quien era el asesino, debieron controlar sus ansias de venganza.
Pero se mandó al héroe Hermod con Sleipnir, el caballo de ocho patas de Odín (Wotan) que llegó hasta el río Gioll, que divide este mundo del venidero. Logró apersonarse ante Hel, la diosa del infierno, quien expuso que sólo si todos -entiéndase bien, todos,- los seres del Universo lloraban la muerte de Bálder, éste podría retornar junto con los dioses.  Hermod regresó con el mensaje y partieron embajadas destinadas a que llorasen todas las criaturas, animadas o no (hombres, bestias, rocas y metales). Pero en una gruta dieron con Thokk, una desalmada gigante. Le hicieron el pedido pertinente pero ella replicó:

"Lágrimas secas son las que se desprenderán de Thokk
en la pira funeraria de Bálder.
Vivo o muerto, jamás el  hijo del hombre me ha servido.,
dejemos que Hel retenga lo que es suyo".

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5 marzo 2010 5 05 /03 /marzo /2010 19:01
Veo en perpetua lucha la materia
Que por cambiar de formas se tortura
y la deformidad y la miseria
mezclarse con la pompa y la hermosura

Tumulto de implacables lidiadores
parece el seno del inmenso todo
Los átomos de gases voladores
Luchan y se repelen de igual modo

Y así como los átomos los mundos
y como el gas, la ardiente nebulosa
Y aún en cielos más vastos y profundos
esta enorme materia borrascosa

Como desesperada de sí misma
Se retuerce convulsa y se disuelve
Suicida eterna y cuanto más se abisma
¡Más a la vida y a la lucha vuelve!

Cuando contemplo ese prodigio: el grano
Leve, frágil, pequeño, imperceptible
Sometiendo a su imperio soberano
Una materia colosal, terrible

Cuando lo veo convertirse en velo
de inmensas selvas y de inmensos prados
Llamar las lluvias, sosegar el vuelo
De los siniestros lóbregos nublados

Y recoger en su esponjosa base
la anchurosa coriente desbordada
Para evitar que en su camino arrase
La región a la vida preparada.

Y hacer sentir su bienhechor influjo
Purificando el espacioso ambiente
Y ser riqueza, y ornamento y lujo
Raudal de vida y de hermosura fuente.

Y sucumben los débiles; el fuerte,
Fiera o cetáceo, o ave carnicera,
Devora, mata por placer. La Muerte,
Irresistible soberana, impera!...

Estos versos, son del poeta peruano Arnaldo Marques. Los trae el libro "Recuerdos Literarios" de García Merou. Esta es la explicación del escritor: "Su título primitivo debió ser Struggle for life, pero detestaba todo lo que pudiera ser prurito de pedantería y la llamó simplemente Meditación. He publicado algunas estrofas de ese magnífico poema, que conservo inédito, y no puedo transcribirlo íntegro ahora por sus extensas proporciones. Al "declinar la tarde de la vida", el poeta siente aglomerarse sobre su frente las sombras impenetrables en que va a hundirse y en cuyo seno acaba por caer todo ello que nace en el mundo. El misterio de la creación tortura su cerebro y lo llena de interrogaciones amargas. Vuelve sus ojos sobre su propio ser y sobre el destino humano, y lo asalta de nuevo el suplicio de la duda. Al fin su mirada se fija en lanaturaleza; la batalla inmensa de la vida se presenta a sus ojos entristecidos y su reflexión amarga trata de penetrar la ley suprema que rige las combinaciones de la materia".
Esto me hace recordar al Emperador-filósofo que escribía: Penetra bien las formas y sus materias...como recomendación a los filósofos o  a quienes aspiraban a serlo.
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