Mucho se ha polemizado en torno a la autenticidad -su valor profético- de las Profecías de San Malaquías. Quienes las objetan aducen principalmente que su ajustan con asombrosa pulcritud a los primeros papas (desde Celestino II), hasta la época de la publicación del libro Lignum Vitae en 1595 (por Arnoldo de Wion) y que los lemas se difuminan a partír de allí, hito que se considera -justamente- como correspondiente al posible fraude destinado a entronizar al cardenal Simoncelli . Ante ésto, es posible contestar que el profeta tal vez no quería ser tan estricto en la alusión a futuro del descubrimiento de las profecías, para no forzar interpretaciones que desviaran al auténtico papa o antipapa por venir, o bien que querría dejar un halo de misterio. De todos modos y aunque el ajuste no es tan categórico, no es posible negar que hay elementos que inducirían a confirmar la posible correspondencia de los lemas de la época más cuestionable (que se extiende hasta la actualidad y al futuro): por ejemplo, "Flos florum" (la flor de las flores) que es la flor de lis que ostentaba el escudo familiar de los Montini (Paulo VI). Habrá quien objete, por supuesto, que la flor de lis es un típico símbolo heráldico (también figura en el blasón de Florencia, donde nació este Pontífice) por lo cual entra plenamente en el dominio de las posibilidades que un eventual papa tuviera ese emblema. Más sorprendente es el lema "Religio Depopulata" (la Religión despoblada) que refiere a Benedicto XV, en cuyo ministerio se produjo la Primera Gran Guerra. "De labore solis", correspondiente a Juan Pablo II, fue interpretado como el origen "oriental" del Pontífice (por su origen polaco es factible, máxime considerando el largo tiempo en siglos sin que asumiera ningún Papa no italiano), pero también se ajusta con asombrosa concordancia a todos los episodios que tuvieron como protagonistas a los países bajo la órbita soviética liberándose del comunismo, incluida la caída del emblemático muro de Berlín. "Acerca de los baños de Etruria", parece ajustarse al hecho de que el Papa supuestamente aludido provenía de la orden camaldulense, con asiento en Balnes, Etruria, además de la admiración del Pontífice por el arte etrusco, que lo llevó a fundar el Museo de arte etrusco del Vaticano. "La gloria del olivo", lema propio del actual Sumo Pontífice, podría referirse tal vez a la no cuestionable sabiduría de Benedicto XVI, ya que ese elemento es símbolo de sapiencia. (Como el artículo fue escrito con anterioridad a la fecha de renuncia del papa alemán, era imposible prever que ello sucedería. Actualizándolo, entonces, creo que este gesto, pecisamente, cierra el sentido total de la profecía y probablemente la corrobora, en el sentido de que, mayoritariamente, ha sido juzgado un acto positivo su declinación, lo que no ocurría hace unos 600 años y pasó contadísimas veces en la historia de la Iglesia, por lo que podría ser una de sus mayores muestras de sabiduría, en la medida de que tuvo como objetivo una renovación que, según propias palabras, no podía acometer con sus menguadas fuerzas). Sorprende también el lema "De flumine magno" que atañe a Clemente X, dado que el blasón familiar de este Santo Padre ostentaba una representación de la vía láctea, llamada antiguamente "Magnum flumen". Es decir, a partir de la fecha de las controversias, hay un panorama de lemas inobjetablemente precisos (los anteriores) y otros más dudosos (algunos bastante imprecisos, otros bastante concordantes y que parecen como posiblemente ciertos). Sería cuestión, entonces, de encontrar lemas de la época más discutible que presenten rasgos de concordancia tan precisos que puedan ayudar a elucidar la cuestión. Para mí la clave de bóveda podrá estar dado por un lema en particular, el de Clemente XIV, "Ursus velox", "Oso veloz". El escudo de quien asumió con dicho nombre ostentaba un oso lanzado a la carrera. Este detalle heráldico es muy epecífico, no es un símbolo que abunde en la materia, como podría ser una flor de lis, una torre, un castillo, o unos roeles. Esto podría certificar la autenticidad de la profecía, ya que se trataría de una previsión de más de ciento cincuenta años. Por supuesto, podría caber la hipótesis de una casualidad, que alguien con ese escudo haya sido cardenal y que el lema haya "pesado" en el ánimo de los votantes. Pero, de todos modos, es cierto que no resulta estadísticamente muy probable una concatenación tan precisa de circunstancias, por lo cual parecería este lema inclinar la balanza en favor de la hipótesis de la autenticidad. De todas formas, enseguida pueden levantarse reparos. En primer lugar, hay que diferenciar -lo que no suelen hacer los artículos (y aún los libros especializados en la materia)- el origen de los escudos papales. A veces los blasones, tienen un origen familiar. Sin embargo, los Papas tienen sus propios escudos heráldicos (desde ya que todos no han tenido origen noble). En cuanto al caso que nos ocupa, las obras especializadas, no suelen discriminar estos aspectos tan vitalmente importantes (dado que, la adopción por un pontífice de algún signo inspirado en la profecía, lo único que hace es resaltar el carácter, precisamente, inspirador de tal documento). Alguna obra -las profecías de San Malaquías, Daniel Réju, Lidiun, 1982 - dice sentenciosamente queriendo acreditar el carácter profético del texto- que el blasón de Ganganelli (Clemente XIV) ostentaba un "oso lanzado a la carrera". Para complejizar el asunto, hay estudios en Internet que alegan que la publicación de Ciaconnius, incurre en un error al alterar el texto originario. "Visis velox" (traducido como Visión penetrante) sería el lema real, lo cual echaría por tierra todas las especulaciones anteriores. Una mera recorrida por la copiosa bibliografía sobre el tema, revela que abundan las contradicciones, la mayoría no hace la distinción pero hay unos cuantos sitios en Internet que hacen la salvedad, incluso en los mismos términos, lo que sugiere una transcripción de la misma fuente. Sin embargo, en la obra de José María Igartúa "El enigma de las Profecías de San Malaquías", se insertan fotocopias de la edición original de de Wion, donde puede leerse claramente en las letras góticas medievales la referencia al oso. Por otra parte, en algún sitio de Internet, se aduce que el padre de Ganganelli, oriundo de San Arcángelo, cercano a Rimini, tenía un oso (sin aclararse si rampante, a la carrera o en cualquier otra posición o actitud) en su escudo. Ni siquiera la redacción es muy exacta, ya que el alegado oso podría ser tanto del escudo del padre como del citadino (si lo hubiere). Otras obras como "Las Profecías de San Malaquías" de Rene Fleury, Barcelona, sin fecha, no hacen siquiera mención al tema del escudo y ofrecen otras interpretaciones. Evidentemente, mientras se sigan reiterando publicaciones que repitan largamente el aludido error de "Visis velox" en lugar de "Ursus velox" las especulaciones se dirigirán, de manera infalible, hacia "cualquier lugar". Por otra parte, la apocalíptica alusión al final de la profecía, normalmente considerada parte integrante de la misma -en casi todas las transcripciones-, según la citada obra de Fleury no es más que un comentario del historiador Chacón con lo cual evidentemente no formaría parte propiamente del texto...Incluso, más allá de ésto, algún autor aclara que "persecutione" (persecución) debe leerse como "psecutione", siendo lo primero un error de transcripción (Sueiro, Víctor), con lo cual el verdadero sentido de éste contenido dramático debería interpretarse como "prosecución" de la Iglesia Católica Romana, es decir, decurso, habría aquí una mirada en perspectiva. Sin embargo, debe hacerse una especificación importante: con sólidas razones, en el aludido libro de Igartúa, uno de los más completos y analíticos, se demuestra que en el latín de aquellos tiempos el "per" (de "persecutione") en ocasiones se suprime para dar lugar entonces al "psecutione" pero que, con tal apócope, se llega a distorsionar el sentido real; el autor advierte -por tanto- que la traducción correcta es "persecutione" (el signo de la abreviatura consiste en un pequeño trazo horizontal bajo el ojo de la letra "p"). Como "Petrus Romanus.." figura en un renglón diferente del aludido "In psecutione" y la inicial está a la misma altura que el resto de las iniciales de todos los otros lemas, amén de que el que sería un lema anterior registra un punto que sugiere terminación, arguye que debe interpretarse que es un nuevo lema, siendo entonces discriminado de "In psecutione:::", lo que indica dos Papados distintos. Tal vez uno de los más llamativos lemas de la época controvertida es "Rastrum in portas" ("Rastrillo en la puerta") concerniente a Inocencio XII, de la casa Pignatelli del Rastrello (rastrillo).